Cuando se es principiante se tiende a ir sobrelastrado, pero es importante evitar esta costumbre, ya que el lastre de más dificulta nuestra flotabilidad pudiendo ser la causa de un mayor consumo, tanto por el constante inflado y desinflado del jacket en función de la profundidad como por el esfuerzo físico que debemos realizar. Además disminuye la capacidad ascensora del jacket que puede resultar muy problemático en una situación de emergencia.
Al llevar poco lastre, tendremos una continua lucha contra la flotación, que será más acentuada a menor profundidad y a medida que la botella se vaya vaciando ya que flotará menos.
Podemos calcular nuestro lastre aproximadamente siguiendo una regla muy simple: 1 kg por cada 10 kg de peso, pero una vez en el agua y antes de comenzar la inmersión, debe hacerse una prueba de flotabilidad.
Con el jacket desinflado, el agua debe cubrirnos hasta la mitad de la mascara, por encima de la mitad sobrelastrados y por debajo escasos.
A veces ocurre, que aunque sabemos el lastre que usamos, se han producido variaciones en nosotros o en nuestro equipo que también hay que tener en cuenta:
- Variaciones en nuestra constitución: ganancia o perdida de peso, l¡¡la grasa flota más que los músculos!!!
- Grosor y numero de piezas del traje: flota más cuanto más grueso sea, y no es lo mismo llevar un monopieza, que un dos piezas, con chaleco de calor, guantes y calcetines.
- Los complementos: una carcasa o un gran foto pueden aumentar notablemente nuestra flotabilidad.
- El agua: se flota más en aguas de mayor salinidad y en agua dulce mucho menos.
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